El otro día me pasó algo curioso, o quizás no tanto, en estos tiempos que corren. Quedé en la salida del metro de una estación conocida de Madrid con una chica a la cual iba a comprarle un libro de segunda mano que quería y que encontré en una de estas aplicaciones de compra-venta. Pues bien llegué puntual a mi cita y habían varias personas más en la salida de dicha "boca" de metro, yo no sabía el aspecto de esa chica, solo que era morena por su foto de perfil, y fueron llegando varias chicas morenas, varias con el móvil, varias escribiendo al mismo tiempo, varias mirando a su alrededor como esperando a alguien, varias chicas iguales... Dios mío!! Vi a una chica impaciente, escribiendo por el móvil y me llego un sms así que supuse que era esa la muchacha, me acerqué y le dije "Perdona, eres tu la chica del libro", me dejó perpleja la chavala cuando me contesto; "Que?" muy sorprendida no entendía lo que le había preguntado y a continuación me suelta "Pensaba que me estabas vendiendo algo", jajaja y después me dijo q no, que no era esa persona. Había por lo menos otras dos chicas escribiendo y mirando sus móviles, paradas y esperando pero después de la "cagada" con la chica que pensaba que la vendía "algo", decidí quedarme parada mirando la pantalla de mi móvil y que fuera la chica la que preguntará, aunque al final pude reconocer a la muchacha ya que llevaba el libro a la vista y lo reconocí.

Con esta mini aventura extraña me di cuenta de que estamos todos los seres humanos inmersos en el móvil que ya no miramos ni a la persona que tenemos delante y ya ni ponemos punto ni a lo que nos dicen, parecemos maquinas usando otras maquinas... y también de que se nos acerca alguien que no conocemos y ya pensamos que nos quieren vender algo o que nos quieren robar, vamos por la vida con miedo. Yo desde luego prefiero que me roben pero no andaré por la calle con miedo, el miedo te paraliza y yo prefiero seguir andando.
R.Prieto.